Estrategia editorial: la idea del libro
Antes de sentarte a escribir tu libro de no ficción, necesitas definir la idea del libro.
Tal vez estés ansioso y quieras empezar a escribir antes de que las ideas se desvanezcan, pero créenos: primero tienes que saber lo que vas a escribir y por qué.
Parece una reflexión obvia, pero muchos autores se enfrentan a grandes problemas a la hora de escribir por el simple hecho de no detenerse a pensar en la idea del libro.
No saben realmente lo que quieren expresar.
No tienen en claro lo que quieren conseguir.
Con esta falta de visión, puedes estar escribiendo durante meses antes de darte cuenta de que todo el contenido desarrollado no tiene sentido o no va a ninguna parte.
¿Quién puede darse el lujo de perder tanto tiempo y esfuerzo?
Sentarse a escribir puede ser muy divertido como ejercicio, pero es mejor que además de divertido, también sea rentable.
Es preferible hacer las cosas bien y primero pensar cuidadosamente sobre lo que debes hacer, qué dirección debes tomar, qué metas quieres alcanzar con tu libro.
Tener una idea acerca del tema de tu libro de no ficción es fundamental.
Y las buenas ideas nacen cuando los objetivos son claros.
Con ideas claras, el deseo de escribir un libro de no ficción se convierte en un proyecto serio y profesional.
Es lo que asegura buenos resultados.
Es lo que garantiza que tu libro sea una realidad.
Reflexiona sobre la idea de tu libro de no ficción
Como dijimos, este proceso es clave porque ayuda a definir qué hay que escribir y por qué.
Básicamente, cuál va a ser la idea del libro.
¿De qué va a tratar el libro?
Vamos por partes. Lo primero que tienes que hacer antes de responder esa pregunta es responder estas otras dos:
¿Qué esperas de tu libro?
¿Quién puede estar interesado en tu libro?
Analicemos.
¿Qué esperas de tu libro?
¿Te has preguntado por qué quieres escribir un libro? ¿Qué resultados esperas?
¿Por qué? ¿Para qué? Estas son preguntas en verdad muy importantes para hacerse.
Y más importante aún, es sincerarse y ser realistas.
Hay una serie de “para qués” que son los más comunes:
Ganar autoridad
Ganar visibilidad
Convertirme en referente
Dejar un legado a mi comunidad
Incentivar la venta de “____________”
Ordenar mis conocimientos
Compartir mis conocimientos para ayudar a otros
A estos objetivos, que son los más solicitados, pueden sumarse metas más particulares y personales, como atraer la atención de un nuevo público para el lanzamiento de un nuevo negocio.
Para definir la idea de tu libro, necesitas saber cuál es el resultado esperado.
Entonces ese es el primer gran trabajo: entender el propósito de tu libro.
¿Quién puede estar interesado en tu libro?
Aquí tienes dos caminos.
Puedes reflexionar sobre qué sabes, sobre qué quieres compartir, y encontrar qué público puede ser el interesado.
¿A quién puede interesarle lo que tienes para decir?
También puedes ver a qué público quieres apuntar y reflexionar sobre qué puedes decir que sea de interés para ese público.
¿Qué podrías contarle a ese público al que quieres alcanzar?
Son dos puntos de partida totalmente válidos.
Y tienes esos dos caminos, o mil más. Independientemente de cómo lo hagas, lo cierto es que no hay escapatoria a esta tarea.
Esto es elemental.
Si no tienes un público definido estarás hablando con todos y con nadie al mismo tiempo.
Si tienes muchos públicos definidos también estarás hablando con todos y con nadie al mismo tiempo.
Nuestro consejo: encuentra tu nicho. Siempre es más fácil conquistar un nicho.
¿Quieres un libro que alcance los resultados que esperas?
Define tu público.
Apuntar a un público concreto te ayudará a orientar tu escritura y a trabajar una idea que en verdad le sirva al lector —al mismo tiempo que te sirve a ti.
Entender el público al que apuntas es clave para alinear tus objetivos con los del lector.
Y recordemos algo importante: escribir un libro de no ficción no te hace ganar autoridad o visibilidad automáticamente.
Lo que genera autoridad y visibilidad es escribir un libro con una buena idea que le haga sentido a un público específico.
Entonces, ¿a quién puede interesarle lo que tienes para decir?
¿A quién podrías ayudar? ¿Qué puede aprender el público al leer tu libro? ¿Qué beneficio debería conseguir al leer el libro?
A medida que vas resolviendo esas preguntas, la idea del libro comienza a florecer.
Ahora sí, ¿cuál es la idea del libro?
Toda esta etapa tiene que ver con la definición de la estrategia editorial de tu libro de no ficción. Es decir, entender bien qué quieres lograr, por qué, y cómo.
Definir la idea del libro aclara muchísimo el panorama.
El ejercicio es explicar a quién va a estar dirigido tu libro y cuáles van a ser los beneficios de los lectores al leerlo —la propuesta de valor.
Y una vez que explicaste la idea de tu libro en unos pocos párrafos, ya encontraste tu norte.
Ahora tienes que seguir el camino y comenzar a diagramar tu libro.