Diagramar los capítulos de tu libro te hace más feliz
El proceso de escribir tu libro ha comenzado. La idea del libro ya está definida. ¿Hora de empezar a redactar? ¡No todavía!
Lo que sigue es diagramar los capítulos de tu libro de no ficción.
O sea, tienes que identificar los temas sobre los que vas a escribir, antes de comenzar a escribirlos.
Como ya hemos explicado en otros artículos, nosotros promovemos una metodología de trabajo.
Si eres un profesional exitoso que quiere publicar un libro con buena calidad editorial, entonces debes incorporar un proceso que permita cumplir tu objetivo en plazos razonables.
Escribir un libro sin estrategia ni diagramación de capítulos, es como construir una casa sin planos. ¿Cuántas habitaciones tendrá? ¿Cuál será el tamaño de las habitaciones? ¿Quieres espacio para una chimenea, una buena biblioteca y un sillón cómodo para leer?
Es decir, todo proyecto editorial serio necesita de estrategia y diagramación.
Te invitamos a avanzar por el camino de las acciones planificadas.
Cómo diagramar los capítulos de tu libro de no ficción
Ya teniendo la idea general de tu libro, el paso siguiente, y lógico, es visualizar un índice.
Sí, el índice de capítulos. También se lo conoce como “árbol de contenidos” o “tabla de contenidos”.
El trabajo aquí es definir los temas, las ideas, los conceptos y las historias que se tienen que contar en el libro.
En esta etapa hay dos grandes preguntas para responder:
¿Qué tiene que saber o entender tu público?
¿Cómo le explicas eso que tiene que comprender?
Con estas preguntas en mente, debes hacer una lista de los temas que se tratarán en el libro.
La tarea es identificar los temas principales y secundarios, para visualizar cuáles pueden ser las partes y capítulos.
Este proceso permite convertir ideas sueltas en un libro perfectamente estructurado.
Aquí un ejemplo básico:
Ideas sueltas:
Galaxias
Universos
Planetas
Estrellas
Ideas ordenadas:
Universo
Galaxia 1
Galaxia 2
Galaxia 3
Planeta 1
Planeta 2
Planeta 3
Y a medida que diagramas las partes y capítulos, también debes ir definiendo qué decir en cada parte y capítulo.
Cada capítulo debe tener un objetivo específico y una guía clara que te ayude a escribirlo.
Ejemplo para galaxia 3:
Objetivos del capítulo: explicar cómo está formada la galaxia 3 y nombrar los principales planetas
Preguntas a responder en este capítulo:
¿Dónde está ubicada la galaxia 3?
¿Qué tamaño tiene?
¿Cuántos planetas incluye?
¿Cuáles son sus principales planetas?
Es simple: antes de cumplir tus objetivos, primero tienes que definirlos.
Antes de comenzar a escribir, reflexiona
Saber qué hay que escribir antes de comenzar a escribir es un golazo de media cancha.
Hora de reflexionar:
¿Qué temas tienes que abordar?
¿Qué historias quieres contar?
¿Qué ideas o conceptos tienes que explicar?
¿Qué tiene que entender el lector?
¿Qué conocimientos tiene que adquirir? ¿En qué orden?
Si no respondes este tipo de preguntas antes de comenzar a escribir, el resultado final puede ser caótico. Incluso puede que ni siquiera llegues a un resultado.
De hecho, sin objetivos claros, planificación y esquemas organizativos, ¿cómo podrías saber cuándo está finalizada la redacción de un libro?
Por lo tanto, si organizas tus capítulos y planificas qué decir en ellos, podrás:
Ordenar el trabajo de escritura de cada capítulo
Hacerte una idea del tamaño que puede tener cada capítulo
Comprender cuánto puedes tardar en escribirlos
Asegurarse de que el lector entienda lo que tiene que entender
Analizar, una vez que el capítulo está escrito, si se están cumpliendo los objetivos o si te falta explicar o contar algo
Eliminar ansiedades
Generar certezas
Reducir el estrés (muy importante en estos días)
Es cierto que pensar, reflexionar y comprender lo que hay que decir lleva tiempo, pero una vez que tienes el libro diagramado, la mitad del trabajo está hecha.
Y la sensación que produce ver el índice del libro es, sin exagerar, mágica.
Ver todos los temas del libro en orden lógico es como cantar bajo la lluvia.