Tu propio sitio web: la casa que tu identidad digital necesita
Si quieres existir, necesitas un espacio. No puedes existir en la nada.
Ya lo decía Heidegger: ser en el mundo.
Y nosotros decimos: ¡qué mejor que ese mundo sea tuyo!
Ser en el mundo digital es el gran desafío en la realidad actual. Y para lograrlo, necesitas tener un sitio web propio.
Un consultor como tú, referente, con años de experiencia en tu área de trabajo, con grandes logros, con fracasos, con conocimientos para compartir y habilidades para enseñar, necesita un espacio donde centralizar todos sus conocimientos y ofertas.
Quizás te estás preguntado de qué sirve tener un sitio web propio cuando existen redes sociales como Facebook o Linkedin. Tu interrogante es válido: las redes sociales son importantes para conectarse y compartir contenidos. Sin embargo, no alcanzan.
Tu identidad digital necesita una casa propia, un sitio que sea 100% tuyo y que puedas transformar con total libertad.
Si sólo utilizas Facebook, estás tomando prestado un espacio de Mark Zuckerberg. Él toma las decisiones. Tú no pones las reglas en ese lugar y, por supuesto, no deberías centralizar todas tus acciones en un espacio que no controlas.
Además, tampoco es profesional que tus potenciales clientes solamente te encuentren en una red social.
Actualmente, quizás por falta de tiempo o desconocimiento, una gran cantidad de consultores no disponen de un sitio web propio. ¿Las consecuencias? No son encontrados, pierden de conocer a alguien, pierden que alguien lo conozca, entre una larga lista de contras.
En síntesis: ¡no puedes confiar sólo en las redes sociales!
Debes tener un sitio web propio y profesional para expresar tu mensaje, expresar tu oferta, darte a conocer, publicar contenidos, ser encontrado, inspirar confianza y mejorar tu posicionamiento, además de otros grandes beneficios.
Un sitio web propio es para habitarlo y adaptarlo a tus necesidades.
Las redes sociales son para navegarlas, generar presencia, compartir, conectarse e invitar a la gente a conocer tu sitio web propio.
En otro artículo hemos profundizado sobre la importancia de trabajar tu identidad digital en un mundo donde la vida es digital.
Aquí nos enfocamos en tu base de operaciones digitales, el lugar donde tu identidad digital habita y se expresa.
Veamos por qué debes tener un sitio web propio para crear e impulsar tu identidad digital.
Existir: el principal beneficio de tener un sitio web propio
El mundo natural es la morada del ser humano. Es el lugar donde el ser humano existe, habita, se relaciona, trabaja, se expresa y consigue los recursos necesarios para vivir.
Pero ahora tenemos una versión digital del mundo.
También existimos en el mundo digital.
Nos manifestamos en el mundo digital.
Y en este mundo las reglas son diferentes. Podemos construir nuestra identidad, adaptarla y transformarla para que refleje quienes somos.
Las reglas son simples:
Definir una esencia: la identidad tiene una esencia —el posicionamiento que construimos con nuestro mensaje y nuestra imagen visual.
Manifestarse estratégicamente: esa esencia se manifiesta en diferentes canales digitales —redes sociales, blogs, correos electrónicos, aplicaciones de mensajería instantánea, etcétera— con un objetivo o propósito previamente definido.
Uno de esos canales digitales, el que debería darle origen a la manifestación de tu identidad digital, es el sitio web.
Insistimos en esta declaración: el sitio web es la morada de tu identidad digital.
Tu sitio web es donde nace y habita tu identidad digital.
Luego, esa identidad se manifiesta en otros espacios digitales que ya mencionamos —redes sociales, foros, bolsas de trabajo, medios digitales—, y deja sus huellas en todos estos canales; pero la esencia de tu identidad habita en tu sitio web.
Ojo, con esto no estamos diciendo que no puedes existir sin un sitio web. Lo que decimos es que con un sitio web afirmas tu existencia.
Sin un sitio web eres etéreo en el mundo digital. Flotas de canal en canal sin centralizar tu narrativa en ningún espacio.
Existes con tu sitio web porque en él puedes expresar quién eres y qué ofreces.
El sitio web puede ser un fiel reflejo de tu actividad profesional. El lugar donde puedes contar tu historia y definir un propósito para ser alcanzado.
En un escenario tan competitivo como el que vivimos actualmente, reforzar tu existencia y posicionarte es tan relevante como los contenidos que generas o la oferta o el servicio que brindas.
Por eso es que tu misión más importante es construirte a ti mismo, generar una imagen de confianza y profesionalismo (o cualquier otra cosa) que te diferencie del resto.
Aquí es donde entra en juego el concepto de autoridad. Ser un referente, influir en los demás y tener una voz que sea escuchada y consultada, es la gran búsqueda de los profesionales y consultores de esta era.
Un sitio web propio te permite orientar esa búsqueda.
Otros beneficios de tener un sitio web propio
Además de existir, también hay que actuar.
Una web propia es el lugar perfecto para diseñar tu identidad digital y presentarte como el profesional experto que eres.
Repasemos tus logros como consultor o asesor: te has ganado la confianza de clientes y colegas, participas de conferencias y escribes contenido valioso que luego compartes con tu comunidad. ¡Perfecto! Eso quiere decir que estás en plena actividad.
Ahora bien, todo eso no debe quedar en el aire o perdido en las redes sociales. Estos niveles de acción que ocurren en tu vida diaria deben volcarse en tu propio sitio.
De hecho, centralizar tus contenidos en un espacio propio es el segundo gran beneficio de tener un sitio web. Después le sigue el resto. Así es la jerarquía:
Reafirmar la existencia —a esto ya le dedicamos buena parte del artículo
Centralizar los contenidos
Tener capacidad de personalización —y crearte a ti mismo
Ser encontrado y posicionarte
Generar reconocimiento, credibilidad y confianza
Centralizar los contenidos
Siempre es mejor expresarte en tu propio espacio y difundir esos contenidos en espacios sociales. Lo que no recomendamos es expresarte en espacios ajenos y que el contenido quede perdido, congelado, flotando solo en un espacio digital que no te pertenece.
Ya conversamos esto. Trasladar todos tus esfuerzos hacia tu propio sitio web es mucho más conveniente.
Si eres el autor de tus contenidos, deberías gestionarlos en un espacio propio.
La centralización te da dos grandes ventajas: diseñar la experiencia de uso de tu sitio web y analizar los datos de navegación.
Recordemos que los contenidos no son solamente los artículos de un blog. El contenido está en todos lados:
La página de venta de tu producto o servicio
Los casos de estudio
Los testimoniales
El portfolio
La página de contacto
La página “sobre mí”
Tu propio espacio te da la posibilidad de diagramar la estructura, jerarquizarla y redirigir a tus usuarios a donde necesites que vayan.
Finalmente, hacer un seguimiento y analizar cómo la gente consume tu contenido en tu sitio web, te da pistas para diseñar nuevas estrategias.
Tener capacidad de personalización
Un sitio web propio, que puedes construir y modificar a gusto, te da la capacidad de transformarte de acuerdo a tus necesidades, de crearte a ti mismo.
Pongamos de ejemplo a tu espacio de oferta.
Lo que hoy vendes tal vez no quieras venderlo mañana.
El mensaje de venta que hoy te sirve tal vez no te sirva mañana.
Un sitio web te permite transformar tu identidad, tu oferta y tu narrativa a medida que tu vida cambia.
Somos seres vivos. Hacemos cosas. Creamos historias. Nuestra identidad va creciendo con esas historias. Ese crecimiento debería manifestarse en tu sitio web.
Posicionarte y ser encontrado
Si alguien busca en Google a un coach experto —y tú eres un coach experto—, deberían encontrarte a ti.
Si alguien busca en Google a un artista —y tú eres un artista—, deberían encontrarte a ti.
De eso se trata el posicionamiento en buscadores: tu sitio web te da la posibilidad de ser encontrado y de posicionarte según tu especialidad.
Pero es evidente que este artículo no es el espacio adecuado para hablar de SEO, posicionamiento en buscadores y todas las herramientas que hay que poner en marcha para que tu público te encuentre fácilmente cuando busca en línea. Si te interesa profundizar al respecto, aquí te compartimos un recurso muy completo de MOZ dedicado específicamente a este tema.
El posicionamiento, por supuesto, va mucho más allá de ser encontrado en un motor de búsqueda como Google, Safari o Firefox.
Cuando hablamos de posicionamiento, también nos referimos a cómo se percibe tu identidad digital.
Tu sitio web es el lugar donde te posicionas de una determinada forma.
Tu sitio web es el lugar donde declaras quién eres y qué haces.
Generar reconocimiento, credibilidad y confianza
Todo viene en el mismo paquete, si haces las cosas bien.
De por sí, tener un sitio web es mucho mejor que tener solamente un perfil en Linkedin, Facebook o Instagram.
Todas esas son manifestaciones, acciones que puedes ejecutar. Pero ya entendimos la importancia de centralizar los contenidos. Eso significa que todo lo que haces debería conducir a tu propio espacio.
Tu sitio web propio, unificado con tus otros canales digitales, es lo que genera, junto a otros factores, el reconocimiento.
Aquí hablamos de reconocimiento en el sentido de ser fácilmente identificado. Cuando la esencia de tu identidad digital —el posicionamiento, el diseño de imágen y el diseño de contenidos— se reflejan de forma coherente en todos tus canales digitales, facilitas esa identificación.
La identidad digital es artificial. Tienes que respetar una serie de factores para que haga sentido con tu narrativa y tu posicionamiento.
La credibilidad y la confianza vienen de la mano del buen manejo de esa identidad digital.
Ya tienes la confianza de tus colegas y clientes en el mundo natural. Ahora tienes que trasladarlas al mundo digital.
En un sitio web, una identidad digital bien definida transmite sensación de seguridad a quien está navegando ese espacio.
Diseña y construye tu identidad digital para facilitar las relaciones de confianza.
Beneficio plus: porque puedes
En fin, ¿sabes por qué insistimos tanto en tener un sitio web propio? Simple: porque puedes, porque casi no hay excusas para no hacerlo.
Diseñar y poner en línea un sitio es tan sencillo como la tabla del dos. Abundan los servicios y plataformas pensadas exclusivamente para facilitar esta tarea.
Lejos quedaron los tiempos de la programación desde cero y los altos presupuestos.
Ahora no solamente es sencillo tener tu propio sitio web sino que, a nivel presupuestario, es totalmente alcanzable.
Donde sí hay cierta complejidad es en el diseño de una identidad digital que refleje tu personalidad y tu historia.
Veamos cómo puedes hacer para conseguir los dos al precio de uno. Porque, al final de cuentas, diseñar tu sitio web sin pensar en tu identidad digital no tiene sentido.
Pensar en un sitio web es pensar en una identidad digital
Ahora que ya sabes todos los beneficios y ventajas de tener un sitio web propio, ¿para qué seguir dando vueltas?
Ni siquiera tienes que lidiar con programaciones complejas, pagos abultados y tiempos de entrega infinitos. La posibilidad está ahí, en la mesa, a tu alcance.
Aquí tienes un artículo sobre Squarespace, una de las plataformas que usamos para construir los sitios web de nuestros clientes.
Como mencionamos, actualmente hay miles de servicios que ofrecen diseño web. Por supuesto, el margen de precio varía según el tipo de oferta:
Algunos ofrecen sólo el diseño
Otros ofrecen el diseño de imagen y la generación de contenidos
Hay quienes, además, ofrecen la estrategia
Nuestra propuesta es necesariamente abarcativa. Para nosotros, el sitio web es posicionamiento, diseño de contenidos y diseño de imagen. Son tres factores que no pueden ser separados.
No puedes hornear un buen pan con harina y agua, sin usar levadura.
No podemos disociar una cosa de la otra: cuando pensamos en un sitio web, pensamos en la identidad digital.
Tener un sitio web propio es contar con un lugar donde habita la esencia de tu identidad digital.
Como tu base de operaciones, desde allí se trabajan todas tus estrategias y se lanzan acciones planificadas para alcanzar objetivos previamente definidos.
En Esa Cosa trabajamos un paquete completo: diseño de identidad digital y sitio web propio.
El sitio web que podemos trabajar contigo estará estratégicamente vinculado con tu identidad digital.
Aquí tienes un acercamiento a nuestro proceso de trabajo. Allí puedes ver algo de la metodología que llevamos adelante.
De esa manera, puedes convertir a tu web en tu propio espacio de expresión.
¿Cómo? Aquí algunos ejemplos básicos:
Tener una página de venta para vender productos o servicios
Crear una pasarela de pago para facilitar la compra de tus productos o servicios
Escribir artículos en tu blog para atraer prospectos
Ofrecer lead magnets (imanes de venta) para construir bases de datos
Compartir recursos de interés para tus clientes o colegas
Tener una página “sobre mí” para presentarte
Publicar casos de estudio para explicar el resultado de tus trabajos
Estas acciones sirven para alcanzar objetivos diferentes, pero tienen algo en común: todas se manifiestan en un mismo espacio.
Crea tu propio sitio web y estarás construyendo una casa para tu identidad digital.
Un espacio de oferta.
Un espacio de expresión.
Un espacio para contar tu historia.